EUROPA
PRESS
13 enero
2021
¿Se
deben vacunar las personas con alergias de la covid-19?: sí, salvo una
excepción
Desde la Sociedad Española de
Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) han recordado estos días que no se
debe generalizar la evitación de vacuna de la COVID-19 a todas aquellas
personas que han tenido reacciones graves con medicamentos o alimentos.
Y es que son muchas las personas alérgicas que se están
preguntando si deben o no vacunarse de la COVID-19 después de que la Agencia
reguladora de medicamentos y productos sanitarios de Reino Unido haya
aconsejado no poner la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer a aquellos que
tienen antecedentes de reacciones graves a fármacos y/o alimentos.
Desde la SEIAC española piden no generalizar la evitación de
la administración de la vacuna a todos aquellos que
hayan tenido reacciones graves a fármacos y/o alimentos y destaca que: "La
vacuna de la COVID-19 de Pfizer tiene, en principio, las mismas
contraindicaciones en los alérgicos que cualquier otra. Es decir, no se
recomienda en personas que han sufrido reacciones alérgicas previas a sus
componentes".
Así, en una entrevista con Infosalus,
la doctora Nancy Ortega, presidenta del Comité de Alergia a Medicamentos de la
SEAIC subraya que, en el caso de la vacuna de la COVID-19, las únicas personas
con alergia que no deben ponérsela son aquellos con alergia al polietilenglicol
(PGE), un excipiente de muchos fármacos que puede producir reacciones
alérgicas.
"Las personas que son alérgicas al PGE lo saben porque
se trata de una sustancia que está súper presente en nuestra vida diaria y ya
cuentan con un estudio y diagnóstico sobre esa alergia por parte de su
alergólogo. La reacción alérgica que más se produce por esta sustancia es la
dermatitis de contacto. Se encuentra en los geles de baño, en las colonias, o
en el champú, por ejemplo, aparte de estar presente en algunos medicamentos,
como laxantes, antibióticos, analgésicos, antiagregantes, corticoides y
antihipertensivos", según resalta.
Mientras, desde el Hospital La Salud de Valencia inciden en que,
como principio activo, la mayor parte de las vacunas a nivel general están
formadas por virus atenuados o fragmentos proteicos, y otras como la del
coronavirus de Pfizer o Moderna, por ARN del virus vehiculada en nanopartículas
lipídicas de polietilenglicol (PGE).
"Como excipientes, algunas, como por ejemplo la triple
vírica o la de la gripe, pueden contener trazas de proteínas de huevo y algunos
antibióticos. En el caso concreto de la vacuna del COVID, contiene PGE, y no
contiene sin embargo trazas de huevo, ni antibióticos", subraya.
A la vez, remarca que "presentar una alergia a la
penicilina, a analgésicos, o a pólenes o alimentos vegetales o seguir un
tratamiento con corticoides tópicos o inhalados, por ejemplo, no tiene por qué
contraindicar la administración de una vacuna". Sí reconoce que están
descritas reacciones alérgicas anafilácticas al PGE, y reactividad cruzada a
Tween80 o polisorbato 80 y otros polisorbatos, pero dentro de lo poco frecuente
que es la presentación de alergia a esta sustancia.
Por eso, la doctora Ortega anima a las personas a vacunarse
y recuerda que tras la inoculación de la vacuna de la COVID-19 (en realidad de
cualquier vacuna), lo que se suele recomendar es que las personas permanezcan
al menos una media hora en el centro de salud, por si les produjera una
reacción alérgica, que no es lo habitual.
¿Por qué puede dar alergia un medicamento?
Aquí recuerda que cada vacuna es diferente y que las
reacciones alérgicas que puedan desprenderse dependerán de la composición de la
misma. Pone el ejemplo de la vacuna de la gripe, de la que antes hemos hablado,
y que ha tenido que desarrollarse con huevo y sin huevo, al tratarse esta
alergia al huevo como una de las más frecuentes entre la población española.
"Las anafilaxias por PGE no son frecuentes y las
alergias a ello tampoco. El tema surgió con los ingleses que tuvieron tres
reacciones en pacientes con mucha alergia diagnosticada, que ya llevaban
consigo la adrenalina autoinyectable, y se la tuvieron que poner. Por eso desde
Inglaterra lanzaron ese mensaje de que los pacientes alérgicos bien a alimentos
o a medicamentos con alergia grave no se podrían poner la vacuna",
sostiene.
Ahora bien, destaca el caso americano, "con millón y
pico de vacunados", más que en Reino Unido, y un país que precisamente
acaba de hacer público el primer documento que existe en el mundo sobre las
reacciones adversas que se han recogido en ese porcentaje tan alto de
vacunación de COVID-19: "Se ha visto que la única contraindicación en sí
de la vacuna está relacionada con las personas alérgicas al PGE, una molécula
que ayuda a proteger el ARN mensajero de la vacuna tanto de Pfizer como de
Moderna".
Por tanto, la presidenta del Comité de Alergia a
Medicamentos de la SEAIC insiste en que sólo deberían eximirse de la vacunación
de la COVID las personas que sean alérgicas a ese componente de la vacuna, que
ya deben saberlo.
Aquí recuerda que, por regla general y no sólo con esta
inyección, las personas que presentan mayor tendencia a reacciones alérgicas,
en caso de producirse una reacción, ésta se magnificará si cuentan con antecedentes
de alergia grave a alimentos, picaduras de veneno, látex, o enfermedades
alérgicas como la mastocitosis; por lo que no deben pasar media hora en el
centro de salud tras la inoculación, sino igual un cuarto de hora más.
A su vez, agrega que en este millón de personas vacunadas en
USA, sólo ha habido 11 casos de anafilaxia, y no ha habido ninguna muerte.
"Sí que ha habido reacciones menores, cuadros de dermatitis de contacto,
por ejemplo, pero todas se han resuelto y sin complicaciones posteriores. Por
tanto, con esta vacuna, existe un riesgo muy bajo de presentar anafilaxia, y de
presentar algún efecto adverso tras la inyección estos son leves: Dolor en el
punto de la inyección, o cuadros pseudogripales
(cansancio, fiebre, dolor articular), que con un paracetamol en dos días se
resuelven", añade la doctora Ortega.
Por otro lado, desde la SEAIC inciden en que es necesario
realizar un estudio alergológico de los sujetos que refieran reacciones
alérgicas a las vacunas contra la COVID-19, para poder identificar la sustancia
desencadenante de la reacción; si bien asegura que no es necesario de forma
sistemática hacer un estudio alergológico previo a la administración de la
vacuna a todos los sujetos con reacciones graves a fármacos y/o alimentos.